Una obra de misericordia es cuidar a los enfermos

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    Como cada curso la Hospitalidad de Lourdes, en el presente también ha organizado la XXXIX Peregrinación a Lourdes con enfermos, camilleros y enfermeras que los cuiden, peregrinos, jóvenes y niños.

    Tanto para enfermos como para todos los que participan en la peregrinación diocesana es una ocasión magnífica para hacer realidad el objetivo principal del Año de la Misericordia: acoger la misericordia de Dios con nosotros y ofrecer nosotros la misericordia de Dios a los hermanos.

    La peregrinación a Lourdes es una oportunidad para los enfermos de actualizar su fe, de descubrir y de vivir que Dios no se olvida de nosotros, sino que nos tiene muy presentes; que a pesar de la enfermedad, Dios sigue interesado en nuestra vida; y que todos, y también ellos, somos importantes para el Señor. El encuentro con la Virgen y con la fe de otros, que como ellos acuden a María pidiendo su protección, reaviva su fe y les ayuda a vivir su enfermedad con un espíritu renovado y de fe.

    Es igualmente un momento importante para las enfermeras, los camilleros y los peregrinos que acompañan a los enfermos para caer en la cuenta y vivir la condición de buenos samaritanos; personas que no son indiferentes, sino que están en esa actitud de entrega y servicio a los hermanos que sufren y pasan por ese momento, que siempre supone la enfermedad en el ser humano de necesidad de protección, de atención, de entrega de los demás a su servicio.

    Es un momento importante para todos: para los enfermos de acoger la misericordia de Dios que les llega a través del amor hecho entrega, cuidado y asistencia de los voluntarios. Para estos porque se sienten, como dice el lema del Jubileo de la Misericordia, misericordiosos como el Padre, y ofrecen a los enfermos la misericordia del Padre, teniendo con ellos las mismas actitudes que tuvo Cristo en su vida terrena con los pobres y necesitados, los enfermos, y todos cuantos necesitaban de su amor misericordioso, practicando y viviendo personalmente esta obra de misericordia.

    La peregrinación a Lourdes es una llamada para todos cuando tenemos un familiar, un amigo, alguien enfermo cerca de nosotros, porque a ejemplo de quienes ofrecen, ayuda y misericordia a los hermanos en este momento especial de su peregrinación a la Virgen de Lourdes, también todos tenemos que ser conscientes y vivir con plena dedicación por nuestra parte, la asistencia a los enfermos en nuestras propias casas, dándoles muestras de cariño y entrega en todo momento. 

    Si siempre y todos necesitamos tener en nuestra vida muestras de cariño y entrega por parte de sus familiares, cuando la enfermedad llama a las puertas de la vida de alguien querido, cercano, alguien de la familia, esta se convierte muy importante, imprescindible, con quien el enfermo cuenta especialmente en ese momento de su enfermedad. Nada como verse querido y atendido por quienes consideramos nuestros familiares más próximos porque ayuda al enfermo no solo a sobrellevar su enfermedad, sino a sobrellevarla con alegría. Por eso, hemos de poner todo el esfuerzo, y todo cuanto esté de nuestra parte, para ofrecer ese cariño y amor hechos ternura y entrega a la persona que tenemos en casa, sabiendo que para ellos es algo con lo que cuentan en todo momento y les ayuda de verdad.

    A veces nos preguntamos cómo vivir el Jubileo de la misericordia y cómo practicar y con quien las obras de misericordia. Pues ahí tenemos una oportunidad de oro de ser misericordiosos nosotros y de que los familiares y amigos enfermos, sientan a través de nosotros la cercanía de la presencia de la misericordia y del amor de Dios en sus vidas.

    Vivamos este año de la Misericordia, ofreciendo misericordia con los enfermos que tenemos cerca de nosotros. 

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