Gracias por vuestra conciencia solidaria y caritativa

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    Queridos diocesanos:

    Con fecha 3 de abril del 2020 os escribía una carta-invitación dirigida principalmente a sacerdotes, religiosos y religiosas, hermandades y fieles en general en la que comunicaba a todos: «Son muchas las familias que han sufrido y van a sufrir en sus propias carnes los efectos de la falta de trabajo, fruto del parón en la actividad que han sufrido y están sufriendo las empresas en este tiempo de alarma; familias que necesitan o van a necesitar ayuda y que van a recurrir a Cáritas a buscarla. Cáritas ha tenido y está teniendo un despliegue grande de acción en la atención a los más necesitados en esta situación de pandemia y deberá seguir teniéndolo en lo sucesivo, como es su misión.

    Ante todo este panorama he pensado que sería bueno proponeros a los sacerdotes, entre los que me incluyo yo como obispo el primero, a los religiosos y religiosas, hermandades, y fieles en general y personas solidarias, la posibilidad de abrir desde el Obispado una cuenta en Globalcaja (IBAN ES16-3190-2082-2820-0912-4716), poniendo como concepto «Campaña solidaria COVID-19». En ella, según la responsabilidad y posibilidades de cada uno, podríamos ingresar las cantidades que, en conciencia, creamos que debemos aportar para que la caridad de la Iglesia, que se canaliza principalmente a través de Cáritas, no se paralice, sino que ésta disponga de los medios económicos necesarios con los que responder a tantas necesidades como se están sintiendo ya, y que se dejarán sentir más una vez que pase, Dios quiera que sea pronto, esta situación de alarma y de pandemia».

    Esta cuenta de donativos, como fondo solidario, se abría con un donativo de la Diócesis de cincuenta mil euros y, a partir de ahí, los demás quedábamos llamados e invitados a ofrecer nuestra aportación.

    Pasado un año de aquel 3 de abril de 2020 el resultado ha sido muy positivo y generoso por parte de todos y especialmente de los sacerdotes que aportamos más de 50.000 €; de las hermandades, que aportaron una cantidad también superior a 50.000 €, de algunas parroquias y las Cáritas parroquiales que hicieron también su aportación, de los religiosos y religiosas y los donativos de personas particulares para este fondo solidario.
    La generosidad de todos ha hecho realidad que un año después este fondo solidario en favor de Cáritas haya crecido día a día hasta alcanzar una cantidad tan importante como son los 226.800 € que, a esta fecha, se han traspasado a la cuenta de Caritas Diocesana para este fin y que nos consta que les ha servido, y mucho, para poder dar respuesta y atender mejor a las necesidades que han surgido en todo este tiempo de pandemia.

    Yo, como obispo de la Diócesis de Ciudad Real, quiero agradecer a todos: sacerdotes, hermandades, movimientos apostólicos, parroquias, caritas parroquiales, asociaciones, y personas particulares que, con nuestra generosidad, hayamos hecho posible que la caridad de la Iglesia, canalizada principalmente a través de Cáritas, no se haya colapsado, sino que haya seguido su curso y haya podido dar mayor y mejor respuesta a las necesidades y necesitados que han acudido solicitando su ayuda.

    Las perspectivas de futuro no son nada halagüeñas ni esperanzadoras, de tal manera que, cada día, va a aumentar el número de personas y familias que van a acudir a solicitar ayuda caritativa

    Gracias a todos por vuestra solidaridad, desprendimiento y generosidad con los que han necesitado de nuestra ayuda en estos momentos de tanta precariedad, tanto paro y tanta necesidad. Gracias en nombre de todos cuantos se han sentido ayudados y beneficiados por nuestras ayudas en estos momentos.

    Junto a la expresión de nuestra gratitud por lo que hemos sido capaces de hacer, quiero expresaros mi preocupación en estos momentos por lo que vemos que está llegando y por lo que vendrá, casi seguro, con más crudeza, después de este tiempo de pandemia.

    La situación de puestos de trabajo se agrava por momentos, cada día son más las familias a las que no les llega un sueldo ni para cubrir lo más necesario para vivir dignamente. En la última encuesta de población activa aparece un resultado de 3.653.900  parados. En un año de pandemia ha habido 400.000 empleos menos y 400.000 parados más.

    Las perspectivas de futuro no son nada halagüeñas ni esperanzadoras, de tal manera que, cada día, va a aumentar el número de personas y familias que van a acudir a solicitar ayuda caritativa para cubrir sus necesidades más esenciales.

    Gracias a todos por vuestra solidaridad, desprendimiento y generosidad con los que han necesitado de nuestra ayuda en estos momentos de tanta precariedad

    Desde nuestro gesto solidario, con el que hemos respondido en el año anterior, y desde la situación de precariedad, cada día mayor, me atrevo una vez más a volver a pedir a todos: sacerdotes, religiosos, hermandades, parroquias, movimientos apostólicos, familias, cristianos particulares y personas de buena voluntad y solidarias: ¡sigamos siendo generosos, caritativos y solidarios con los que nos necesitan!, y sigamos ofreciendo nuestros donativos, con los que seguiremos haciendo posible que Cáritas pueda responder a las necesidades de quienes menos tienen y más nos necesitan.

    La cuenta bancaria del fondo solidario del Covid-19 sigue abierta. Que sintamos en nuestro corazón la llamada de los menos favorecidos de nuestra sociedad y que en ella descubramos la llamada de Dios que se identifica con ellos y nos dice: «En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40).

    Con mi gratitud y mi bendición, vuestro obispo.

    + Gerardo Listado completo de Cartas