Simón y Judas, apóstoles

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    A la cola de la lista de los apóstoles figuran san Simón y san Judas, quizás porque el primero tuvo un Simón más famoso (Pedro), y el otro porque su nombre estuvo empañado por el traidor. 

    Lo que se dice de la vida de estos santos apóstoles es bien poco y, casi siempre, no pasa de suposiciones, si prescindimos de los escasos datos que figuran en los Evangelios. 

    Estos dan a Simón el sobrenombre de "cananeo", por su patria. Y el de "celotes", que manifiesta su ardiente celo por la Ley, cual si fuera un nuevo profeta Elías. Parece que fue pariente del Señor, y, tal vez, hermano de Santiago el Menor, y, como este, obispo de Jerusalén después de él. 

    Los orientales lo tienen por evangelizador de África y Gran Bretaña. Los latinos y armenios, por evangelizador de Armenia. Algunos piensan que murió con san Judas en Persia. Y otros, que murió con san Judas, pero en Mesopotamia, después de haber predicado en Egipto. Murió, para unos, degollado, y, para otros, serrado en dos como Isaías. 

    No somos más afortunados con san Judas Tadeo, sobrenombre que significa "el magnánimo, el animoso", casi como "celotes". ¿Perteneció también a la parentela del Señor, y quizá fue también hermano de Santiago el Menor? No sabemos. No falta quien lo identifica con el afortunado (y despistado) esposo de las bodas de Caná de Galilea. 

    Se le hace evangelizador de Palestina y de pueblos limítrofes, aunque otros sitúen su actividad apostólica en Arabia, en Mesopotamia o en Persia. 

    Como lugar de su muerte, para unos, Edesa, y pacíficamente. Para otros, encontraría el martirio (como todos los apóstoles) cerca de Beirut. Sus reliquias vendrían a parar luego a Francia (Reims y Tolosa). 

    El Evangelio nos recuerda que San Judas , en la Última Cena, se atrevió a apostrofar a Jesús por haberse manifestado sólo a los apóstoles y no al mundo. También se le atribuye una preciosa carta, que figura entre los escritos de la Sagrada Biblia. 

    El culto a san Judas arraigó, sobre todo, en Austria y Polonia, mientras que el de san Simón fue popular en el Véneto (Italia) y Dalmacia. 

    Ahora bien, reivindicar la figura de san Judas Tadeo no equivale a apoyar y justificar la falsa devoción que hacia él se está extiendo en nuestros días: cadenas de oración que han de enviarse sin interrumpir a un número determinado de personas, para evitar desgracias y conseguir beneficios personales... No te sumes a ella, que es pura superstición. Listado completo de Santos