Sabina de Roma


Mártir del siglo II. Murió el año 127 y según las Actas de los mártires se trata de una viuda noble y muy rica. 

Le ayudó mucho en su camino su empleado san Serafin, un sirio tan cristiano y tan fervoroso que, desde que se convirtió Sabina, fue para ella el modelo perfecto al que seguir. A comienzos de la persecución de Adriano, Berilo –que era el gobernador de la provincia– arrestó a Sabina y a su empleado. 

Al sirio le dieron muerte de inmediato. A ella la soltaron por miedo a la alta clase social a la que pertenecía. Pero la libertad le duró sólo un año. La volvieron a arrestar al año siguiente y fue entonces cuando sufrió el martirio. 

En el año 430 le dedicaron una basílica en su honor. Durante mucho tiempo fue una de las estaciones del Viacrucis durante la cuaresma. De hecho, aún hoy, se trata de una basílica estacional en donde tiene lugar el inicio de la cuaresma. Hay quien dice que entregó su casa a los cristianos como iglesia. Este fue el lugar sobre el que levantaron la basílica o gran iglesia. Cerca del Tíber, es un lugar a visitar cuando se va a Roma, en una de sus puertas podemos ver una de las primeras representaciones de Cristo crucificado. Además, es un ejemplo perfecto para disfrutar de la armonía de las basílicas paleocristianas, construida en el s. V. 

Entre los santos que le profesaron una gran devoción cabe citar a santo Domingo. La pintura la trata como alguien que de limosnas, otros la pintan como una princesa. Es patrona de los niños con dificultad para andar y de las amas de casa. Los mártires siempre nos recuerdan la dimensión martirial de la fe. La profesión de fe que llega hasta entregar la vida. Listado completo de Santos