El pasado 10 de mayo, la población natal de san Juan de Ávila, Almodóvar del Campo, celebró, como cada año, la festividad de san Juan de Ávila, uno de los patrones de la localidad.
Junto a los fieles almodovenses, el Seminario Mayor de nuestra diócesis participó en la misa y en la procesión con las reliquias de san Juan de Ávila, que es, además de Doctor de la Iglesia, patrono del clero secular español y un ejemplo vocacional para todos los sacerdotes.
Él rector del Seminario de Ciudad Real, Juan Serna Cruz, presidió la eucaristía, en la que concelebró el párroco de Almodóvar, Juan Carlos Torres Torres, y el padre carmelita Fray Francisco Javier de María, natural de la localidad. Se da la circunstancia de que este año tanto el rector como el párroco celebran los veinticinco años desde la ordenación sacerdotal.
Serna, en la homilía, presentó a san Juan de Ávila como modelo sacerdotal y modelo de discernimiento vocacional. La clave del seguimiento, dijo el rector, está «mirando a los santos, mirando a san Juan de Ávila, en la amistad con Jesús vivida diariamente en el trato personal y en la oración».
Explicó a toda la comunidad que participó en la misa lo bello que es escuchar el testimonio de la vida interior de los seminaristas, todo lo que los va formando desde la amistad con Jesús, y ofreció este ejemplo de hondura en la relación con Cristo para el discernimiento de toda vida cristiana: «La oración es lo que va dando forma a la vocación [...] desde la convicción de saber quién está constantemente a nuestro lado. Desde ahí hay que plantear la vida cristiana», dijo.
Concluyó citando una frase de san Juan de Ávila que se refiere a la oración, un ejemplo en el que el santo pone habla del nerviosismo que sentiríamos si tuviéramos audiencia con un rey, «pensaríamos lo que le queremos decir y pasaríamos la noche en vela sin dormir», explicó el rector, sabiendo que al día siguiente vamos a tener una entrevista muy importante: «Esta audiencia Dios nos la concede cada día a todos y nos da trato de hijos y nos permite contarle cualquier cosa de nuestra vida como lo más importante».
Después de la misa, los seminaristas acompañaron al pueblo de Almodóvar en la procesión con las reliquias, que depositaron de nuevo en la capilla de la casa natal del santo.