«La Iglesia siempre ha estado ahí, silenciosamente»

Hoy celebramos la Jornada Mundial del Enfermo con el lema Cuidémonos mutuamente. Compartimos la labor de los capellanes del hospital de Alcázar de San Juan.

Ahora a los sanitarios se les aplaude y se les reconoce su labor, pero siempre han estado en la primera línea de la lucha contra la enfermedad, acompañando y consolando al enfermo y a sus familias. Algo similar ocurre con la labor de la Iglesia: siempre ha estado ahí, silenciosamente. No solo en los hospitales, visible en los capellanes, sino en los voluntarios cristianos que acompañan y visitan a los enfermos, en las diversas congregaciones religiosas que los atienden y los acogen.

Nuestro día a día como capellanes del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan tiene tres ejes fundamentales. Primero, la atención directa al enfermo, que se concreta en visitar a quien lo demanda. No podemos invadir a nadie ni forzar nuestra presencia.

Todos saben que estamos ahí. Y acudimos si nos llaman. Les llevamos la comunión, administramos el sacramento de la unción de los enfermos, el de la reconciliación. Y la eucaristía dominical. Los escuchamos, dialogamos, los animamos. Un segundo eje es la relación con sus familias. Aquí también la escucha es lo más importante. A veces piden consejo, otras simplemente agradecen nuestra visita. El tercer eje es la relación con los sanitarios. Hay cercanía y respeto mutuo, colaboración. Todo esto, hoy, en esta situación, se ha potenciado.
 

Ambrosio León y José Fernández-Paniagua son los capellanes del hospital de Alcázar de San Juan