Bolaños de Calatrava celebró «Las posadas»

El pasado 22 de diciembre Bolaños de Calatrava celebró Las posadas, una fiesta de nueva creación organizada por la parroquia que recuerda la búsqueda de posada de José y María al llegar a Belén.

Durante los nueve días previos a la celebración de la fiesta, en las misas de la Virgen que se celebran en la localidad, se repartieron nueve faroles a nueve familias del pueblo. Después, el día de la fiesta, los hogares de estas familias representarían las hospederías que cerraron la puerta a la Virgen y san José.

El día de la fiesta, a lomos de un burro, dos jóvenes vestidos como María y José portaron la Luz de la Paz de Belén (con la llama encendida en la Basílica de la Natividad) por cada una de las nueve casas elegidas como posadas.

Acompañados por cientos de personas, la Virgen y san José llamaron a las nueve posadas, cuya puerta se abría con los posaderos portando una lámpara. En ese momento se entonaba el villancico de Las posadas, un diálogo coral entre María y José y los posaderos que, en esta ocasión sí, reconocían la entidad de los peregrinos y acogían la Luz de la Paz de Belén que se les ofrecía.  

«Pregonar la Navidad como se ha venido haciendo durante siglos, cuando niños y jóvenes salían por las calles del pueblo cantando villancicos»

Cada una de las familias elegidas, una de las cuales fue la residencia de ancianos, se encargó después de repartir la Luz de la Paz por las calles más cercanas. Además, en cada una de las paradas, se ofreció a los peregrinos una paja de trigo, símbolo para rezar por alguien. Al final de recorrido las depositaban en el pesebre del altar de la parroquia.

Entre cada una de las posadas, el grupo entonaba villancicos populares, concluyendo el recorrido en el templo y en la plaza de Bolaños, donde se disfrutó de un chocolate que preparó el Ayuntamiento de la localidad.

Con esta fiesta, afirma su promotor, el sacerdote Marcos Sevilla, se pretende «pregonar la Navidad como se ha venido haciendo durante siglos, cuando niños y jóvenes salían por las calles del pueblo cantando villancicos y pidiendo el aguinaldo, así como recordar que aquel Niño puede llenar de luz tu hogar si le abres la puerta de tu posada y disfrutar de la Luz de la Paz de Belén, traída desde Palestina por el movimiento Scout».