En el Día Mundial del Turismo

Este 27 de septiembre se celebra la Jornada Mundial del Turismo, promovida por la Organización Mundial del Turismo, a la que la Iglesia se ha unido desde el principio. Por este motivo, el delegado diocesano de Turismo, Peregrinaciones y Santuarios, Antonio Guzmán, explica el mensaje que se da desde el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes: 

«Un año más nos unimos el 27 de septiembre a la Jornada Mundial del Turismo, como lo ha hecho la Iglesia desde que se celebra este día, promovido por la Organización Mundial del Turismo.

El Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes ha enviado un Mensaje para esta Jornada, con fecha 24 de junio de 2016, que puede servirnos de reflexión a todos los creyentes y de forma especial a las personas que trabajan en este campo de la pastoral.

En él se nos recuerdan cosas muy elementales y evidentes, acordes con el lema de este año: «Turismo para todos: promover la accesibilidad universal».

1. Aumenta considerablemente el número de personas que pueden gozar de vacaciones, siendo el barómetro internacional y local cada día más elevado.

2. Se ha acrecentado también la conciencia de la influencia positiva de este sector en la vida de los pueblos. Una influencia que humaniza en muchos aspectos de la vida personal y social y es medio, incluso, de evangelización.

3. El turismo no es solo una oportunidad, sino un derecho para todos. Un derecho al turismo que es concreción del derecho «al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una duración razonable del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas», que reconoce la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

4. Todo esto no está aún al alcance de muchos pueblos y personas. El reto de hacerlo posible es uno de los grandes desafíos que tiene nuestra sociedad.

Por eso, el lema de este año nos invita a promover el «Turismo para todos». Un turismo accesible para todos, sostenible y acomodado a la variedad de ambientes, sin excluir de él a nadie.

El esfuerzo de todos hará posible esta meta, hoy tan lejana. También el esfuerzo de los que somos Iglesia y predicamos la particular predilección de Dios hacia los humildes».