Jubileo con el Cristo de la Expiración en Montiel

El Cristo de la Expiración de Montiel solo sale a la calle en ocasiones especiales, en momentos de sequía o de necesidad de especial oración. El pasado sábado, después de once años de la última salida, lo hizo para la celebración arciprestal del Jubileo de la Misericordia. 

La procesión, en la que por tradición intervienen paisanos de tres poblaciones distintas: Montiel, Santa Cruz de los Cáñamos y Villahermosa; salió a media tarde de la ermita, concluyendo en el lugar en el que se celebró la misa. 

Presidida por el Vicario General, Tomás Villar, la Eucaristía reunió a fieles de todo el arciprestazgo. El vicario describió el encuentro como la fiesta del amor, animando a todos a dejarse querer por Cristo: «No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos. S. Juan nos ha dicho que tanto amó Dios al mundo que entregó al Hijo para salvarnos. Si algún no creyente viera hoy nuestra celebración se extrañaría de que nos reuniéramos alrededor de un crucificado porque le falta conocer la razón de esta muerte: el amor. ¡Tanto nos amó!  Deja que Cristo te ame».

En varios momentos, el sacerdote animó a los fieles a mirar a Cristo para contemplar la inmensidad de su amor: «La mirada contemplativa a Cristo crucificado hizo santos y hace santos. En Cristo crucificado encontramos el remedio a nuestros males y un ejemplo a seguir.  Toma tu cruz, No cargues tu cruz sobre los hombros de los que te rodean, al contrario, sigue el ejemplo de Jesús que dijo  venid a mí los que estáis cansado y agobiados y yo os aliviaré».

Tomás Villar concluyó la homilía rezando, junto con toda la asamblea, el Alma de Cristo, una oración propicia para contemplar el misterio de la cruz. 

Tras la Eucaristía, todos los fieles volvieron a acompañar al Cristo a la ermita, en un momento histórico para toda la comarca. 

El Cristo de la Expiración

El Cristo de la Expiración aparece ya en las Relaciones Topográficas de Felipe II en el s. XVI. A diferencia de otras imágenes que salen en procesión anualmente, el Cristo de la Expiración solo recorre las calles de Montiel en momentos extraordinarios. Uno de estos momentos es la celebración del Jubileo extraordinario de la Misericordia, como lo fue la celebración del Año de la Redención en 1984, cuando la imagen también salió a la calle. Además, en otros momentos la Iglesia se ha decidido la salida del Cristo para orar: años de sequía, catástrofes o casos importantes de necesidad. 

Otra curiosidad de la imagen, —la actual data de 1939, tras ser destruida la anterior a finales de la Guerra Civil—, es que es portada en andas por los fieles de Villahermosa, mientras que las horquillas engalanadas con flores, que apoyan en los brazos de la cruz, son llevadas por los naturales de Montiel. Los fieles de Santa Cruz de los Cáñamos son los encargados de una cintas de seda roja que rodean las manos del Cristo. Con esta tradición, la devoción por el Cristo de la Expiración se comparte entre estos tres pueblos vecinos.