El 2 de noviembre, Cáritas Diocesana de Ciudad Real retoma el Signo Permanente de Solidaridad.
Con esta iniciativa, Cáritas hace un llamamiento para mantener viva la atención hacia quienes viven en situación de pobreza, exclusión o marginalidad, especialmente en los centros del programa de inclusión que acompañan a personas sin hogar y personas con adicciones.
Desde su puesta en marcha con motivo del Año Jubilar del año 2000, «este signo simboliza que la solidaridad no es algo temporal ni puntual, sino una actitud permanente. 25 años después, en este nuevo Año Jubilar, queremos impulsar nuevamente esta acción para seguir manteniendo viva la esperanza de los preferidos del Señor», explican desde Cáritas.
A través de este signo, Cáritas Diocesana de Ciudad Real refuerza su compromiso con:
- El acompañamiento integral a personas vulnerables, ofreciéndoles apoyo, escucha y esperanza, reconociendo siempre su dignidad. En los centros, cada persona realiza terapias y tratamientos personalizados, llevados a cabo por personal técnico especializado con el apoyo imprescindible del voluntariado.
- La sensibilización de la comunidad creyente y de la sociedad en general sobre las realidades de exclusión que existen en nuestras localidades, para evitar que se normalicen o se invisibilicen.
- La movilización de recursos humanos y materiales para programas concretos —personas sin hogar y personas con adicciones— gracias al apoyo económico que este signo simboliza en la diócesis.
«Mantener viva la esperanza de quienes lo han perdido todo es tarea de todos. Por ello, debemos detenernos para mirar de cerca estas realidades, acercarnos para construir comunidad, y actuar para que el cambio sea posible en nuestra sociedad».