Segunda convivencia de matrimonios con el obispo

El pasado domingo 10 de marzo, tuvo lugar en el Seminario Diocesano, la segunda convivencia del obispo con matrimonios de este año.

[Puedes ver un vídeo de la celebración de la misa en este enlace]

En total, más de cien personas entre matrimonios y niños, pasaron la jornada reflexionando sobre la fe y sobre su compromiso matrimonial. La mañana se dedicó a la reflexión sobre la vida, la familia y la relación con Dios. Después, los participantes tuvieron la oportunidad de participar en el sacramento de la confesión.

Al término de la comida, se reanudó la convivencia dejando tiempo a las parejas un tiempo para el diálogo y para revisar su vida conyugal y familiar. Con esto, el matrimonio continúa ahondando en el conocimiento mutuo, con la oportunidad de mejorar la convivencia y descubrir los aspectos buenos que hay en la vida conyugal para continuar cultivándolos. Además, en esta conversación pueden surgir vivencias negativas o llamadas de atención que permiten que la relación se mejore con el diálogo y con propuestas, planteando algunos aspectos en los que avanzar o algunos que consideren que tienen que cambiar.

La eucaristía, que presidió don Gerardo Melgar, cierra la jornada de convivencia. En ella, cada pareja renueva las promesas matrimoniales prometieron «seguir conservando, viviendo y aumentando el amor» del día de su boda, dialogar ante los problemas, «seguir poniendo esfuerzo en entender y disculpar los fallos del otro», seguir intentando vivir el matrimonio desde la fe y de acuerdo al plan de Dios y «seguir teniendo a Jesús como amigo» para contar en los momentos buenos y en los malos y enseñarlo así a sus hijos.

«Él viene como luz del mundo. Nosotros no queremos ser de aquellos que viven en la oscuridad, sino los que viven desde Dios, desde lo que Dios les pide, desde la misericordia, sabiendo que Dios está con nosotros»

En la homilía, el obispo se dirigió a las familias resumiendo el mensaje de las lecturas en la misericordia de Dios «ante un pueblo que se va por otros caminos». Dios sigue al lado del pueblo insistiendo en que la salvación está en la fidelidad a la alianza. «Esta es la historia de Dios y el hombre, cuando el hombre va por otros caminos distintos a los de Dios, Dios no lo condena para siempre, sino que inmediatamente le promete un salvador», dijo.

Además, el salvador se revela, no como alguien que viene a juzgar, sino a marcar un camino en el que «nos amemos unos a otros», revelando que la identidad de Dios es la plenitud de la misericordia. Dios «amó tanto al mundo que fue capaz de entregar a su Hijo a la muerte por nuestra vida y por nuestra salvación». Esto es, explicó, lo que se anuncia durante la convivencia de matrimonios: «Hemos hablado de la misericordia de Dios, del amor de Dios que continúa a pesar de que nosotros, tantas veces, no seamos fieles a lo que Dios nos pide». Por eso, la confesión de la mañana vuelve a ensanchar el camino de la misericordia y la salvación para vivir «desde lo que Jesús pide, viviendo auténticamente nuestra fe».

«Que sigáis con este ánimo, con estas ganas de vivir cada día mejor vuestra fe manifestada en la realidad de vuestra vida como matrimonio y como padres»

«Él viene como luz del mundo. Nosotros no queremos ser de aquellos que viven en la oscuridad, sino los que viven desde Dios, desde lo que Dios les pide, desde la misericordia, sabiendo que Dios está con nosotros», pidió don Gerardo, animando a las familias a vivir con «el nuevo estilo de Jesús que nos viene como luz del mundo para cada uno de nosotros. Solamente lo podremos vivir en la medida en que vivimos desde la fe, en que somos fieles a la alianza que Dios ha hecho con nosotros».

«Dios está con nosotros y nos ofrece la salvación […] Confiad y creed en Él y vivid de acuerdo a lo que Él nos puede estar pidiendo, como matrimonios, como matrimonios cristianos, como padres, como personas que han empeñado su vida en que Dios esté también presente», dijo. Para concluir, pidió: «Que sigáis con este ánimo, con estas ganas de vivir cada día mejor vuestra fe manifestada en la realidad de vuestra vida como matrimonio y como padres. Esto le pedimos al Señor hoy, especialmente en este domingo, para que os ayude también a todos vosotros».