Don Gerardo a los catequistas: «El mundo cree más a los testigos»

El obispo de Ciudad Real, don Gerardo Melgar, ha presidido esta mañana la misa de envío de los catequistas de toda la diócesis en la catedral. De este modo se expresa que los catequistas llevarán a cabo, junto a los sacerdotes, la tarea de enseñar la fe y acompañar a los catecúmenos en el camino cristiano.

[Puedes ver un resumen en vídeo del envío de los catequistas en este enlace]

Este curso, desde la delegación diocesana de Catequesis, se trabajará por la sensibilización y preparación para la atención catequética y pastoral a personas con discapacidad. Por esta razón, al final de la celebración don Gerardo ha hecho entrega a un grupo de niños de la parroquia de Los Ángeles de Tomelloso de un material de catequesis para niños con especiales dificultades de aprendizaje.
 
En la misa, concelebrada por un buen número de sacerdotes, los catequistas se han comprometido públicamente a la enseñanza del Evangelio tras hacer la profesión de fe junto a toda la asamblea. El obispo los ha enviado oficialmente a la misión catequética, un ministerio de servicio, una misión que es la misma que comenzó Jesús «porque cuando ejercemos ese servicio eclesial estamos haciendo realidad el envío de Cristo, convirtiéndonos en instrumentos y en medios de los que Dios se sirve hoy para anunciar la Palabra de Dios a niños, adolescentes, jóvenes y adultos».
 
Don Gerardo ha explicado el ministerio de la catequesis como una misión comprometida en tres aspectos: el formativo, para tener conocimientos que enseñar; el aspecto testimonial, por un conocimiento íntimo del Señor que hará del catequista un testigo del resucitado y, en tercer lugar, se trata de una tarea que el catequista no ejerce en nombre propio, sino que «explicamos la Palabra de Dios a los demás en nombre de la comunidad cristiana de la Iglesia y, por eso, se nos pide fidelidad a esa palabra, tanto a la hora de vivirla nosotros como a la hora de comunicarla a los demás».

«Cuando ejercemos ese servicio eclesial estamos haciendo realidad el envío de Cristo, convirtiéndonos en instrumentos y en medios de los que Dios se sirve hoy para anunciar la Palabra de Dios a niños, adolescentes, jóvenes y adultos»

En cuanto al trabajo concreto del catequista, refiriéndose al momento actual, don Gerardo ha agradecido la pasión y tiempo que emplean en un ministerio que hoy no es fácil «precisamente porque estamos en una sociedad que vemos como tanta gente ha prescindido de Dios en su vida y no valora el mensaje cristiano». En este sentido, les ha pedido autenticidad, porque el «mundo actual cree más a los testigos […] y el único evangelio que muchos de los hombres y mujeres de nuestro tiempo van a leer es el testimonio que demos los cristianos».
 
Ahondando en la dificultad de la tarea, don Gerardo ha animado a los catequistas porque no solo la ejercen en nombre de Cristo, sino que Cristo mismo los acompaña en la tarea «con su gracia y con su espíritu. Está constantemente actuando en nosotros».
 
Respecto a la implicación de la familia en la catequesis, el obispo ha pedido a los padres su ayuda «como responsables principales de la educación cristiana de sus hijos». Es el catequista el que debe intentar que ayuden en la formación y que entiendan que el catequista es solo una ayuda.
 
Por último, don Gerardo ha pedido para que los catequistas «con ilusión y esfuerzo y la gracia del Señor» consigan «los frutos que el Señor espera y que tuvo como intención al enviar a la Iglesia a predicar el Evangelio». Además, ha invitado a toda la comunidad a pedir por los niños, adolescentes y jóvenes para que abran su corazón al mensaje de Jesús.
 
Después de la homilía y de la profesión de fe, un grupo de niños de la parroquia de Los Ángeles de Tomelloso ha hecho la oración de los fieles, pidiendo por la labor de los catequistas. Tras la liturgia eucarística, don Gerardo ha bendecido a los catequistas pidiendo al Señor que robustezca su decisión y que aprendan meditando la palabra y profundizando en la doctrina de la Iglesia, que «te sirvan con alegría», ha concluido.