Se encendió la llama de la vocación

La Semana Vocacional, en la que este año participan las delegaciones de Vocaciones, de Juventud y de Pastoral Universitaria, incorpora muchas novedades. La primera de ellas es esta actividad, que han llamado Semillas de Luz y que consistió en el encendido de una llama en el Seminario que se distribuye después por parroquias y hogares de toda la diócesis para motivar la oración por las vocaciones.

«Quiere ser un signo para que en nuestras casas y parroquias esté luciendo para rezar por las vocaciones durante toda la semana»

La celebración, que tuvo lugar en el patio central del Seminario, comenzó en la tarde del viernes, presidida por el rector del Seminario, Manuel Pérez Tendero; al que acompañó el delegado de Pastoral Vocacional en nuestra diócesis, Óscar Miguel Casas Arévalo.

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Tras la lectura del Evangelio, el rector del Seminario se dirigió a todos explicando la razón del gesto de la luz que inaugura la semana: «Quiere ser un signo para que en nuestras casas y parroquias esté luciendo para rezar por las vocaciones durante toda la semana». Además del signo de la luz, Pérez Tendero se refirió al «calor» de la llama, «porque el Seminario de Ciudad Real quiere ser un lugar de luz y de calor […] Para que las brasas y el espíritu de la pasión por Jesucristo surgieran también del Seminario, porque no podemos consentir una Iglesia sin luz y sin pasión».

El Seminario de Ciudad Real quiere ser un lugar de luz y de calor […] Para que las brasas y el espíritu de la pasión por Jesucristo surgieran también del Seminario, porque no podemos consentir una Iglesia sin luz y sin pasión

El rector invitó a todos los representantes de las parroquias que fueron al Seminario a que pensaran en el significado de la luz de la vocación en cada hogar. En primer lugar, pidió que la luz fuera «signo de oración», para que, al verla, se rece pidiendo por las vocaciones. Después, recordó el pasaje del evangelio con las vírgenes que esperan al Señor con las lámparas encendidas, la esperanza en la llegada de Cristo y la vigilia en la espera, también espera de la vocación. En tercer lugar, explicó que la luz es signo de la Palabra de Dios, «porque se hace de noche si no tenemos Palabra de Dios […] Que esta semana —dijo el rector— esta vela encendida sea también signo de la necesidad de escuchar la Palabra de Dios».

Llamó a todos a la oración y a la escucha, «porque la vocación es la respuesta a la Palabra» y terminó pidiendo al Señor que, «si es su voluntad, regale a nuestra diócesis el don de la vocación».

Después de las palabras del rector, los seminaristas repartieron la luz entre todos los presentes que, a su vez, la llevaron encendida en faroles a sus parroquias, comunidades y hogares.

Para terminar, el delegado de Pastoral Vocacional, Óscar Miguel Casas, agradeció a todos su presencia, así como el trabajo de la Pastoral Universitaria y de la de Juventud. «Que esta luz prendida en Jesucristo, en estos jóvenes [refiriéndose a los seminaristas] que han respondido con generosidad a la voluntad de Dios, también prenda en nuestros corazones y hogares para que sea una Iglesia viva, una Iglesia que arde en el amor de Jesucristo», concluyó.