María Soledad Torres Acosta, virgen

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    Había nacido en Madrid, el dos de diciembre de 1826. Y vivió su infancia y juventud en la casa paterna, dedicada a las labores domésticas y al cuidado de sus hermanos menores. A los veinticinco años, se une al sacerdote Miguel Martínez Sanz, en Chamberí, para fundar una congregación para la asistencia de los enfermos en sus propios domicilios.

    Ministra, es decir, servidora de los enfermos, en eso se distinguió Soledad, y eso son sus religiosas: han entendido aquello de "estuve enfermo y me visitasteis". Cuando todos lamentamos que la medicina deshumaniza y que el enfermo se convierte en un número perdido en un hospital, que vive y muere en soledad, la presencia de las Siervas de María junto a la cabecera del enfermo en su propio domicilio resalta que este es una persona a la que se atiende como a un hermano en el que se contempla el rostro de Cristo doliente. 

    La obra de Soledad mereció la protección de la reina Isabel II, y la confianza de la Junta de Beneficencia de Madrid, que le encomendó una Casa de Socorro, y, luego, el Hospital de San Juan de Dios, sin que el Instituto prescindiera de la asistencia domiciliaria a los enfermos. Las Siervas multiplicaron rápidamente sus casas por toda España y aun por el extranjero. Soledad y sus Religiosas dieron muestras de heroísmo en la epidemia de cólera de los años 1855, 1865 y 1885. Las sostenía el espíritu de oración y sacrificio y la devoción a la Virgen, Salud de los Enfermos, que Soledad inculcó a todas sus seguidoras. 

    Beatificada por Pío XII en 1950, fue canonizada por Pablo VI en 1970. Su fiesta se celebra en el día de su muerte, el 11 de octubre. Listado completo de Santos