Luis Gonzaga, mártir de la Caridad

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    Nació en 1568 en la provincia de Mantua, de padre marqués y madre condesa. Su ambiente familiar era el de los grandes. Y estaba destinado a ser uno de ellos. Pero su madre había pedido al Señor que fuera para Él. Y, así, a los diez años, Luis se ofreció a Dios. Desde aquel momento, servir a Dios fue su único ideal: cedió a su hermano los derechos al principado, y eligió vivir en pobreza sin rehusar las ofensas (comenzando por las burlas de su padre y su entorno). 

    Ingresó en la Compañía de Jesús. Estuvo bajo la guía de San Roberto Belarmino. Se acrecienta en él el deseo de entrega a los demás. Cosa que lleva a la práctica cuando estalla una epidemia en Roma. Se acerca a los apestados, los cura, los lleva en brazos. Aunque parece que no contrae la temida enfermedad, Luis muere de agotamiento. Su lema había sido: "Lo que hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis". 

    ¡Qué alejada de la realidad la imagen dulzona, propia de un chico timorato y encogido interiormente! ¡Qué afán por querer presentarnos a los santos como tan alejados de la realidad de este mundo! Algo así como si no hubieran puesto el pie sobre nuestra tierra. Ya veis que san Luis Gonzaga no fue así, ni mucho menos. Los santos se hacen en la tierra. Después, llegan al cielo. Pero sólo después. Esto vale también para san Luis Gonzaga. 

    Dos facetas sobresalen en su vida y persona: el papel decisivo que juega, para él, su madre. Y la caridad, como actitud fundamental. ¿No estarán "dimitiendo" de su responsabilidad educadora -también en los valores religiosos- las madres de hoy? Aunque hayamos avanzado en una solidaridad de tipo amplio, ¿no habrá decrecido la verdadera caridad en nuestras vidas?  Listado completo de Santos