Bienaventurada Virgen María de Fátima

Elementos relacionados

    El 13 de mayo es la fiesta litúrgica de la bienaventurada Virgen María  de Fátima.  Las diversas apariciones que la Iglesia católica ha considerado como las  más famosa del siglo XX, particularmente por el tercer secreto que María reveló a los tres pastorcitos en la Cueva de Iria-Fátima (Portugal) y transcrito por Sor Lucía el 3 de enero de 1944.

    De manera breve, podemos responder a la pregunta. ¿qué ocurrió en aquel entonces?

    Fueron 6 veces que la Virgen se apareció  en Fátima. Eran tiempos muy difíciles: mucha pobreza y sobretodo en plenitud la Primera Guerra Mundial. Dentro de este marco, la pastorcita Lucía dos Santos dijo haber experimentado las visitas sobrenaturales de la Virgen María en 1915, dos años antes de las famosas apariciones.

    En 1917, ella y dos de sus primos, Francisco y Jacinta Marto, como siempre y era de costumbre, estaban pastoreando los rebaños de sus familias en un pequeño pueblo de Fátima llamado Cova de Iría. Fue entonces que un  13 de mayo de aquel mismo año, los tres niños vieron una aparición de la Virgen María que les dijo, entre otras cosas, que regresaría durante los próximos seis meses todos los días 13 a la misma hora.
    Fue en la segunda aparición cuando la Virgen  reveló a los niños, que Francisco y Jacinta morirían pronto y que Lucía sobreviviría para dar testimonio de las apariciones.  El 13 de julio, día de la tercera aparición a Lucía se le devela el secreto de Fátima. Según los informes, se puso pálida y gritó de miedo llamando a la Virgen por su nombre. Hubo un trueno, y la visión terminó. Los niños volvieron a ver a la Virgen el 13 de septiembre.

    En la sexta y última aparición, el 13 de octubre, ante miles de peregrinos que llegaron a Fátima (Portugal), se produjo el denominado “Milagro del sol”, en el que, luego de la aparición de la Virgen María a los pastorcitos Jacinta, Francisco y Lucía, se pudo ver al sol temblar, en una especie de “danza”, según relataron los que estaban ahí. En los mensajes que los niños transmitían, la Virgen exhortaba al arrepentimiento, a la conversión y a la práctica de la oración y la penitencia como camino de reparación por los pecados de la Humanidad. Paulatinamente, los niños experimentaron una transformación profunda, basada en la práctica de la oración y de ejercicios de piedad. A lo largo de las apariciones, los niños fueron seguidos por miles de personas que se concentraban en dicho lugar. Entre las recomendaciones, según los testimonios de los niños, la Virgen hizo hincapié en la importancia del rezo del Santo Rosario para la conversión de los pecadores y del mundo entero. Y la Virgen María también habría pedido la construcción de una capilla en el lugar, capilla que fue el germen del actual santuario de Fátima.

    Una pandemia de gripe española barrió Europa en 1918 y mató cerca de 20 millones de personas. Entre ellos se encontraban Francisco y Jacinta, que contrajeron la enfermedad en 1918 y fallecieron en 1919 y 1920 respectivamente. Por su parte, Lucía entró en el convento de las Hermanas Doroteas optando por la vocación a la vida religiosa contemplativa.

    El 13 de junio de 1929, en la capilla del convento en Tuy en España, Lucía tuvo otra experiencia mística en la que vio a la Santísima Trinidad y a la Virgen María. Esta última les dijo: «Ha llegado el momento en que Dios le pide al Santo Padre, en unión con todos los obispos del mundo, hacer la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio».

    El 13 de octubre de 1930, el Obispo de Leiria  proclamó las apariciones de Fátima como auténticas. Sor Lucía escribió el secreto de Fátima 18 años después de las apariciones. Entre 1935 y 1941 escribió cuatro memorias de los acontecimientos de Fátima. En la tercera memoria publicada en 1941,  escribió las dos primeras partes del secreto y explicó que había una tercera parte que el cielo aún no le permitía revelar. En la cuarta memoria añadió una frase al final de la segunda parte del secreto: "En Portugal, se conservará siempre el dogma de la fe". El 31 de octubre de 1942 Pío XII consagró no sólo Rusia, sino a todo el mundo al Inmaculado Corazón de María. En 1943, el Obispo de Leiria ordenó a Sor Lucía poner el tercer secreto de Fátima por escrito, pero ella no se sentía en libertad de hacerlo hasta 1944. Fue puesto en un sobre lacrado en el que Sor Lucía escribió que no debía abrirse hasta 1960. Según el Cardenal Tarcisio Bertone, el secreto fue leído por Juan XXIII y Pablo VI.

    El Papa Juan Pablo II, por su parte, pidió el sobre que contiene la tercera parte del ‘secreto’ tras el intento de asesinato que sufrió el 13 de mayo 1981. Después de leer el secreto, el Santo Padre se dio cuenta de la conexión entre el intento de asesinato y Fátima: “fue la mano de una madre que guió la trayectoria de la bala”, detalló. Fue este Papa quien decidió publicarlo en el año 2000.

    ¿Cuáles fueron las claves del secreto? Tan solo dos: arrepentimiento y conversión
    El entonces Cardenal Joseph Ratzinger (Papa Emérito Benedicto XVI), Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, señaló que la clave de la aparición de Fátima es su llamado al arrepentimiento y a la conversión.

    La primera parte del secreto es la visión del infierno. Esta visión es para muchos la más importante, porque revela a los individuos las trágicas consecuencias de la falta de arrepentimiento y lo que les espera en el mundo invisible si no se convierten. La segunda parte del secreto es sobre la devoción al Inmaculado Corazón. En la segunda parte del secreto la Virgen María dice:

    «Usted ha visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón».

    Después de explicar la visión del infierno, María habló de una guerra que «iniciará durante el pontificado de Pío XI».

    Esta última fue la Segunda Guerra Mundial, que fue ocasionada, según las consideraciones de Sor Lucía, por la anexión de Austria a Alemania durante el pontificado de Pío XI.

    A partir de las apariciones de la Virgen María en Fátima, los últimos Papas del siglo XX y XXI han peregrinado para hacerse presentes y orar junto con todos los peregrinos, justo en el lugar donde ocurrió un  hecho transcendental de la presencia visible de Dios a través de la Virgen María.  Listado completo de Santos