Josefina Bakhita, religiosa

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    Canonizada en el año 2000, es todo un ejemplo de vida sometida a la lacra de la esclavitud. Cinco dueños tuvo esta sudanesa, desde los nueve años de edad, en que fue capturada, como hacían los negreros árabes entre las tribus negras del África Central. Esto, a pesar de que oficialmente la esclavitud hubiera sido prohibida. Vivió nuestra santa todos los horrores de la esclavitud: malos tratos, azotes... Su cuerpo quedó marcado por 144 cicatrices, fruto de las frecuentes flagelaciones. Protagonizó algún intento de fuga, junto a otra compañera. Pero la mala suerte, y la mala voluntad de alguno al que pidieron ayuda, la llevó a no conseguir la libertad. 

    Su último patrón fue el cónsul italiano de Sudán, en aquel entonces. Este la "regaló" a una familia italiana amiga. En Italia descubrirá Bakhita la fe cristiana. Allí fue encomendada a las Hijas de la Caridad, fundadas por Magdalena Canosa. Recibió, a los veinte años, el bautismo, la confirmación y la comunión. Desde entonces, e iba fraguando en su corazón el deseo de ser religiosa canosiana. Fue acogida en la Congregación. El 8 de diciembre de 1896, en Verona, pronunció los votos religiosos. A partir de entonces, estuvo destinada en varias casas, donde desempeñó el servicio de potera, cocinera, sacristana... de manera ejemplar, y sirviendo de ayuda a los padres de los niños que acudían a las comunidades de las religiosas. 

    También dedicó mucho tiempo a recorrer Italia contando su vida a cuantos acudían a oírla. También en esto, ella que era reservada por naturaleza y algo esquiva (como no podía ser menos), fue ejemplar y obediente. Su frase repetida a los superiores era: "Como quiera el Patrón". Juego ingenioso para referirse al Señor, desde la experiencia que la había marcada en su vida. 

    Murió el 8 de febrero de 1947. Fue beatificada por Juan Pablo II el 17 de junio de 1992, y canonizada e 1 de octubre de 2000. Listado completo de Santos