Del 11 al 15 de agosto, en Huerta de Carmela, se ha celebrado la XXIII Escuela Misionera de verano en la que han participado más de cuarenta y cinco personas. " />

Desafíos de la misión en la XXIII Escuela Misionera de verano

Un año más, la Huerta de Carmela ha sido testigo y albergue de la Escuela Misionera de verano. Veintitrés ediciones en las que se lleva ya profundizando en la misión ad gentes. En esta ocasión, más de cuarenta y cnco participantes de muy diversas edades, procendencia y condición: varios matrimonios con sus hijos, algún abuela con sus nietas, adolescentes con interés en conocer algo más de la misión de la Iglesia, y muchos de los habituales con ganas de convivir, disfrutar, rezar, reflexionar y profundizar en el conocimiento de la Misión.

Este año, el tema elegido por la coordinadora de los Grupos de Animación Misionera ha sido «Desafíos actuales de la Misión». Con un mundo en permanente cambio, especialmente en los últimos años, la Escuela Misionera de verano ha querido profundizar en cómo se piensa y cómo hay que plantear la misión ad gentes, la misión universal de la Iglesia.
Luis Miguel Avilés, sacerdote diocesano, misionero en Tailandia con el Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME), nos puso en situación. Y luego varios de los miembros de los Grupos de Animación Misionera fueron compartiendo lo que habían estudiado acerca de los Medios de Comunicación y las Redes Sociales; el agnosticismo, la indiferencia y las sectas; el Islam; la globalización, y el diálogo interreligioso. La conclusión es «cómo responder a estos desafíos personalmente, en nuestra parroquias y en el mundo que nos movemos».

Al mismo tiempo, los más pequeños realizaban sus murales, un concurso de Master Chef, manualidades y actividades en torno a la misión para que también ellos se vayan sintiendo «pequeños misioneros en sintonía con todo el mundo».
También acompañaron la Escuela Misionera de verano 2016 algunos de nuestros misioneros diocesanos: Prado Fernández, misionera Comboniana en República Democrática del Congo; Santiago Rodríguez, tío y sobrino, religiosos Mercedarios los dos, misionero el primero en Brasil y el segundo en República Dominicana; y María José Carrero, misionera Comboniana en Ecuador. Testimonios vivos y alegres de la vida misionera en la actualidad.