El itinerario vocacional Betania cumple diecinueve años ayudando a los jóvenes a discernir su vocación con un método que conjuga formación, acompañamiento, convivencia y oración.
En el año 2001, el entonces Secretariado Diocesano de Vocaciones, que dirigía Manuel Pérez Tendero, actual rector del Seminario, comenzó un proyecto nuevo para ayudar a los jóvenes a discernir su vocación.
Recogiendo la experiencia de acompañamiento y formación del curso de Fundamentación, se convocó a los jóvenes para iniciar un itinerario que ponía especial acento en el acompañamiento espiritual.
Con encuentros mensuales, el grupo se comenzó a reunir en el monasterio de las Carmelitas de Daimiel, haciéndolo algunos años en el Seminario y últimamente en la casa natal de san Juan de Ávila en Almodóvar del Campo.
Tanto Eustaquio Camacho, que sustituyó a Manuel Pérez Tendero en la delegación, como Óscar Casas Arévalo, el actual delegado, han mantenido el modo de trabajo de Betania, con tres pilares: la formación y oración durante cuatro semanas; el acompañamiento espiritual y los encuentros mensuales, siempre buscando un encuentro personal con Jesucristo para hacer un discernimiento vocacional.
El «encuentro» con Jesús a la luz del Evangelio es el centro de Betania, que toma su nombre del pueblo en el que Jesús se retiraba a descansar, a pensar, a pasar el tiempo con sus amigos más cercanos. Y ese mismo es el objetivo, «retirarse» a Betania para pasar un tiempo al lado de Jesús.
Este curso, Betania comenzó el pasado domingo 15 de noviembre, con doce jóvenes (cinco chicas y 7 chicos) que se reunirán este curso, por las medidas sanitarias, en el Seminario Diocesano.
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