Moisés en el Museo Diocesano

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El Museo Diocesano expone estos días de manera destacada una tabla que representa a «Moisés haciendo brotar agua de la peña del monte Horeb».

Moisés hace brotar agua de la peña del monte Horeb
 
La Tabla de madera en relieve policromado (57 x 27 cm), es una pequeña pieza procedente del banco de un retablo, adquirida en Madrid para decorar la Iglesia de Santiago Apóstol de Ciudad Real, es de finales del Siglo XVI. Se puede emparentar con el retablo que Giralte talló para la capilla del Obispo de San Andrés en Madrid.

Es una obra Renacentista. La existencia de cueros o cartelas dan una cronología entre 1560 y 1590. Se observan influjos florentinos.
La imagen de Moisés se representa de cuerpo entero, casi sobre una especie de pedestal, entre pilastras y columnas corintias doradas con fuste acanalado y capitel de hojas de acanto. Su cabeza alargada se cubre con un turbante y viste con un manto dorado y verde, que le cubre el brazo derecho. Por debajo lleva una túnica corta, roja y dorada. Quedan al descubierto las piernas. Calza botas altas y doradas. Las ropas presentan pliegues suaves, pegándose al cuerpo.

Representa el momento de la escena bíblica en que Moisés, tras guiar por el desierto a su pueblo que desespera por la sed, golpea con su vara la roca de Horeb de la que brota agua milagrosamente, para dar de beber a los israelitas, que se dirigen desde Egipto a la Tierra Prometida: Toda la comunidad de los hijos de Israel se marchó del desierto de Sin, por etapas, según la orden del Señor, y acampó en Refidín, donde el pueblo no encontró agua que beber. El pueblo se querelló contra Moisés y dijo: «Danos agua que beber». Él les respondió: «¿Por qué os querelláis contra mí?, ¿por qué tentáis al Señor?». Pero el pueblo, sediento, murmuró contra Moisés, diciendo: «¿Por qué nos has sacado de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?». Clamó Moisés al Señor y dijo: «¿Qué puedo hacer con este pueblo? Por poco me apedrean». Respondió el Señor a Moisés: «Pasa al frente del pueblo y toma contigo algunos de los ancianos de Israel; empuña el bastón con el que golpeaste el Nilo y marcha. Yo estaré allí ante ti, junto a la roca de Horeb. Golpea la roca, y saldrá agua para que beba el pueblo». Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. Y llamó a aquel lugar Masá y Meribá, a causa de la querella de los hijos de Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo: «¿Está el Señor entre nosotros o no?» (Éx 17,1-7).

Nuestro Versículo clave indica el desagrado de Dios por la desobediencia de Moisés al golpear la roca y declarando que ni él ni su hermano Aarón entrarían en Canaán. Este relato nos enseña que La roca herida fue algo simbólico, ya que representaba a Cristo. «Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo» (1 Cor 10,4).
pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él | todos nuestros crímenes. (Isaías 53,5-6).

En la Edad Media se asimiló el agua al bautismo y la roca al costado de Cristo en la cruz, siendo un tema muy popular en las catacumbas..

Los milagros de Moisés dan de comer y beber a su pueblo y están relacionados con las obras de Misericordia.

Mensaje

El sinsabor de la derrota humana es permitido por Dios para que reconozcamos nuestra flaqueza. El fracaso en lo humano marca la dependencia del creador.
 
Texto: Ana María Fernández Rivero

Horario del museo

  • De martes a viernes, de 9:30 a 14:00 horas. 
  • Los sábados, de 10:00 a 12:00 horas.
  • Día de cierre: lunes.
Es posible realizar una visita guiada concertando una cita previamente. El acceso al museo se permite hasta media hora antes del cierre, mientras que el desalojo de las salas comienza 10 minutos antes del cierre.