Domingo de alegría

Elementos relacionados

    Esta ha sido nuestra historia y nuestro recorrido desde que comenzamos el Adviento:

    El primer domingo se nos invitaba a estar despiertos, vigilantes:

    • Para conmemorar la primera venida.
    • Para dejar que Dios nazca en nosotros y ver lo que teníamos que convertir para poder recibirle a Él.

    El Segundo domingo recibíamos la «llamada» a preparar positivamente el camino al Señor, allanando e igualando todo lo que esté demasiado bajo o demasiado alto, enderezando todo lo torcido para convertirlo en recto y ser voz que anuncia a los demás desde la vida y el testimonio la llegada del salvador; poniendo nuestra vida, voz y testimonio al servicio del anuncio del mensaje salvador que Él nos trae.

    En este tercer domingo se nos urge a que concretemos nuestra preparación, la preparación de ese camino que es nuestra vida para que el Señor pueda llegar a nosotros.

    Este tiempo de Adviento y de espera del salvador no es tiempo de teorías, es tiempo de actuar, de cambiar nuestra vida para que podamos recibir al Señor que vino hace 2019 años, que quiere venir a nosotros y nacer en nosotros hoy y que vendrá un día glorioso al final de los tiempos.

    Por eso todos y cada uno de nosotros debemos preguntarnos como aquellos que acudían a Juan para concretar su compromiso: ¿Y nosotros que tenemos que hacer?

    • Se trata de concretar cada uno su preparación personal, para vivir y rememorar la primera venida de Cristo, para dejar que Cristo nazca ahora en nuestro corazón y para prepararnos a la segunda venida de Cristo en toda su gloria.

    • Por eso tenemos que preguntarnos: ¿Yo, que soy padre o madre de familia, esposo o esposa, hijo o hija, que tengo que hacer para prepararla venida de Cristo a mí?

    En este tercer domingo se nos urge a que concretemos nuestra
    preparación, la preparación de ese camino que es nuestra vida para que el Señor pueda llegar a nosotros.

    • Si cumplimos las obligaciones de nuestra identidad y de nuestra vocación a la que él nos ha llamado, seguro que estamos también preparando su venida a nosotros.

        • Debemos preguntarnos por los tres campos más importantes de nuestra vida: ¿Qué tengo que hacer en mi relación con Dios? ¿Qué tengo que hacer en relación a los demás? Y ¿qué debo hacer para crecer y madurar según Dios espera de mí?

    ¿Qué tenemos que hacer y cómo hemos de hacerlo?

    • Con alegría:
        • «Estad  siempre alegres en el Señor, os lo repito...»
        • La alegría es algo propio, significativo y típico del creyente.

    El Mundo en que vivimos es un mundo triste:

    • Quiere encubrir su tristeza con bullicio, olvidándose de Dios y siguiendo las llamadas de la mundanidad, pero no logra la verdadera alegría; es una alegría momentánea y pasajera.

    Nosotros hemos de impactar por nuestra alegría, viviendo nuestra fe con verdadera alegría no con cara avinagrada, ni como a quien no le queda más remedio que vivirla y lo lleva como puede.

    Este tercer domingo de Adviento es el domingo de la alegría. Vivamos nuestra vida con alegría cristiana

    Nuestra vida cristiana debe producir en nosotros la alegría de mi entrega, la alegría de mi vocación y alegría de vida porque estamos viviendo lo que el Señor nos pide.

    Por otra parte tenemos una razón muy importante para estar alegres: el Señor viene a nuestro corazón y a nuestra vida. El señor está cerca, preparemos con alegría su venida.

    Este tercer domingo de Adviento es el domingo de la alegría. Vivamos nuestra vida con alegría cristiana y preparemos todo lo necesario en nosotros para que el Señor pueda llegar a nosotros y salvarnos.

    + Gerardo Listado completo de Cartas