Cómo actuar los cristianos frente a estos nuevos cambios

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    El domingo pasado hablábamos de los cambios que pedían una nueva evangelización. Hoy damos un paso más, nos preguntamos y respondemos sobre cómo proceder ante estos cambios como cristianos.

    No es raro que la primera reacción ante los mismos sea el aturdimiento, el miedo y el desconcierto, incluso echarnos las manos a la cabeza pensando: ¿Dónde vamos a parar?, pues se trata de cambios que interrogan nuestra identidad y nuestra fe hasta las raíces.

    Estos cambios exigen en nosotros la capacidad de desarrollar una actitud crítica de los estilos de vida, de los pensamientos y de los valores, lo mismo que una autocrítica de nuestro propio cristianismo actual que debe comprenderse a sí mismo desde las propias raíces.

    Por otra parte, es necesario observar dichos cambios sabiendo superar el nivel emotivo del juicio defensivo y de miedo, para comprender objetivamente los signos de lo nuevo, junto a sus desafíos y fragilidades.

    Nueva evangelización quiere decir tener la audacia de formular la pregunta acerca de Dios al interior de esos problemas. Exige que nos confrontemos con esos escenarios no permaneciendo cerrados en los recintos de nuestras comunidades e instituciones, sino aceptando el desafío de entrar dentro de esos fenómenos para tomar la palabra y ofrecer nuestro testimonio desde dentro.

    Nueva evangelización significa para la Iglesia sostener con convicción el esfuerzo de ver a todos los cristianos unidos en la manifestación al mundo de la fuerza profética y transformadora del mensaje del Evangelio.

    Los cristianos unidos ofrecen al mundo la paz, la justicia, la convivencia entre los pueblos, la salvaguarda de la creación, como lugares en los cuales es posible hacer emerger la cuestión de Dios en la vida de los hombres. Adquieren realmente sentido auténtico solo a la luz y en el contexto de la palabra de amor que Dios nos ha dirigido en Jesucristo.

    El término nueva evangelización indica la exigencia de encontrar nuevas expresiones para ser Iglesia dentro de los contextos sociales y culturales actuales.

    Es necesario que en la práctica cristiana se inicie el trabajo lento de un nuevo modelo de Iglesia, que evite asperezas de sectarismos y de la religión civil, y dé paso a una Iglesia misionera. Es decir, la Iglesia debe ayudar a mantener su presencia entre las casas de sus hijos e hijas, para animar sus vidas y orientarlas hacia el Reino, porque muchos de ellos un día recibieron el bautismo, pero viven completamente al margen de la vida cristiana; y otros tienen un vínculo con la fe, pero conocen poco o mal sus fundamentos.

    La nueva evangelización debe ser realidad en países y naciones enteras en las que la fe, la religión y la vida cristiana en tiempos pasados fue floreciente, capaz de originar comunidades de fe viva y operativa, pero ahora están sometidos a duras pruebas o se están transformando, llevados por la difusión del indiferentismo, del secularismo y del ateísmo.

    La nueva evangelización se trata de un camino que permite traducir en práctica la herencia apostólica en y para nuestro tiempo.

    Nueva evangelización es sinónimo de misión, exige la capacidad de partir nuevamente, de atravesar los confines, de ampliar los horizontes. Es lo contrario de autosuficiencia y del repliegue sobre sí mismo a una mentalidad y a una concepción que sigue manteniendo que basta con hacer las cosas como siempre se han hecho. Es tiempo de que la Iglesia llame a las propias comunidades a la conversión pastoral, a sus acciones y a sus estructuras.

    Feliz domingo.

    + Gerardo

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